
Verónika Mendoza aún evalúa su futuro político y Alfonso López-Chau deshoja margaritas para establecer alianzas. Los partidos de la izquierda moderada se enfrentan a la compleja tarea de reconstruir su imagen para enfrentarse a una derecha conservadora cada vez más fortalecida. Casi todos quieren dejar fuera de alianzas a Antauro Humala, excepto un congresista.
Por Lupe Muñoz
La izquierda peruana enfrenta un profundo vacío de liderazgo. Por un lado, carece de figuras claras y representativas; por otro, se encuentra atrapada en alianzas sin una visión política coherente. Verónika Mendoza, la otrora candidata indiscutible, habría decidido no postular; y Alfonso López-Chau, el rostro más llamativo entre los nuevos, aún no concreta alianzas que le permitan acumular fuerzas. El fantasma de la izquierda dividida vuelve a golpear a un sector que no se recupera de su apoyo al gobierno de Pedro Castillo.
Hasta el cierre de esta nota, 74 partidos políticos buscan participar en los próximos comicios presidenciales. De ellos, 42 ya están inscritos oficialmente, mientras que 33 aún deben completar su registro ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) antes de abril del próximo año. En este escenario, la izquierda peruana —que cuenta con al menos cuatro partidos decididos a postular— atraviesa un proceso de reacomodo: algunas agrupaciones intentan resurgir, otras dependen de pactos cuestionables y varias enfrentan el riesgo a quedar relegados a una representación mínima o nula debido a su falta de respaldo popular.
Ahora Nación de López-Chau busca puentes
En 2024, un sector de la izquierda comenzó a explorar una alianza electoral. Entre los involucrados estaban Nuevo Perú, liderado por Verónika Mendoza; Ahora Nación, con el rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Alfonso López-Chau; y el partido Primero la Gente. A ellos, se sumó el Partido de los Trabajadores y Emprendedores de Napoleón Becerra. Sin embargo, las negociaciones siguen estancadas y, aunque todos insisten en el discurso del “diálogo permanente”, la alianza sigue siendo más incierta que real.
El rostro nuevo es Alfonso López-Chau, quien cobró notoriedad tras albergar en su campus a manifestantes del sur del país que llegaron a Lima exigiendo un adelanto de elecciones tras la destitución del expresidente Pedro Castillo. Mientras en la Universidad de San Marcos la Policía ingresaba con violencia para desalojar a otro grupo de manifestantes, López-Chau logró que las tanquetas se retiraran y gestionó la permanencia de estas personas en la UNI. Aunque tuvo que justificar esta medida ante el Congreso, le permitió ganar impulso en el escenario político.
El Secretario Nacional de Doctrina y Formación Política de Ahora Nación, Carlo Magno Salcedo, señaló a LaEncerrona.pe que aún no existe un acuerdo definitivo, sino un diálogo abierto con sus posibles aliados. “Una mesa de diálogo no significa que ya cerramos un acuerdo, sino que es un espacio para construir las condiciones que eventualmente permitan una alianza”, explicó.
Salcedo también reveló que, además de los partidos mencionados, otras agrupaciones han mostrado interés en entablar una posible coalición, aunque prefirió no dar nombres. “Por ahora no sería conveniente anunciarlo porque seguimos en conversaciones. No quiero anticipar, pero pueden imaginar que están dentro del espectro de la izquierda democrática”, señaló.
Sí descartó cualquier acercamiento con la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (ANTAURO), liderada por Antauro Humala, quien cumplió condena por homicidio simple por su participación en el ‘Andahuaylazo’ y cuyo partido fue declarado ilegal de manera definitiva por el Poder Judicial el 28 de enero último. “Con Antauro claramente no. Consideramos que es un actor antidemocrático, un demagogo que, de llegar al poder, sería peligrosísimo para la democracia”, afirmó. También dejó entrever que Juntos por el Perú podría quedar fuera de cualquier alianza debido a su acercamiento con el partido de Humala.

La última aparición pública de Verónika Mendoza, del Nuevo Perú, fue a través de una foto en la que cosecha choclos, pero que despertó a sus trolls.
¿Qué queda tras el desgaste de Mendoza?
Según fuentes de Nuevo Perú, Verónika Mendoza habría decidido no postular por tercera vez a la presidencia, una decisión que deja a su partido en un escenario incierto. De acuerdo con las mismas fuentes, la agrupación no cuenta con un plan alternativo ni con una figura de recambio clara. Mendoza ha sido la lideresa natural del partido, por lo que su eventual retiro obliga a replantear la estrategia de cara a las elecciones de 2026 y a definir tanto su nuevo liderazgo como posibles alianzas políticas.
Consultado por LaEncerrona.pe sobre si Mendoza ha descartado una nueva candidatura, el secretario general de Nuevo Perú, Enver León, evitó dar una respuesta definitiva. “Nosotros debemos manifestarlo de manera orgánica dentro del partido, en nuestras instancias, y el resultado de esa conversación interna será comunicado públicamente. Pero será en el próximo Consejo Nacional donde determinaremos si la compañera Verónika u otro candidato asume la postulación”, afirmó.
Aunque desde Nuevo Perú también afirman que mantienen un diálogo abierto con Ahora Nación, el Partido de los Trabajadores y Primero La Gente, la relación con este último tuvo sus complicaciones. El 15 de enero, en una entrevista en Canal N, Marisol Pérez Tello, precandidata presidencial de esta agrupación, señaló que ve difícil una alianza con Verónika Mendoza, pero permitirá que el partido tenga los esfuerzos de alianzas que considere.
Ahora, con más calma y tras una aparente reflexión, Pérez Tello adoptó un tono más abierto y declaraciones para LaEncerrona.pe, y señaló que será el partido quien tomará la decisión sobre las alianzas para las próximas elecciones. “Los acuerdos son entre partidos, y cada uno definirá quién suma, quién resta, quién entra o sale. También cada persona decidirá si quiere formar parte de una alianza, pero este no es el momento de centrarnos en nombres, sino en acuerdos programáticos”.
La actual congresista Flor Pablo, antes de su renuncia a Primero La Gente, tenía una postura similar sobre la lideresa de Nuevo Perú y afirmó que “Verónika Mendoza no es una candidata que suma”. Sin embargo, no tuvo que conciliar mucho con esa posibilidad. El 20 de enero, en su cuenta de X publicó su carta de renuncia, en la que explicó que el partido albergaba militantes contrarios a los principios de libertad y no discriminación que ella defendía.
Pero no fue la única en renunciar. Días antes lo hizo Susel Paredes tras la decisión del partido de no expulsar a Stephen Haas, militante que aceptó el cargo de agregado cultural en España del gobierno de Dina Boluarte. Esta situación generó malestar en Paredes, quien consideró que debieron expulsarlo inmediatamente.
A pesar de las desavenencias, el partido Primero La Gente sostiene que la mesa de diálogo con diferentes partidos sigue abierta. «Las declaraciones de la señora Pérez Tello son a título personal. La posición oficial del partido está en los comunicados públicos, y las conversaciones continúan. Ese es el espacio real y concreto que tenemos hoy», señaló para LaEncerrona.pe Marcos Zeballos, vocero del partido.
Por otro lado, no descarta la posibilidad de entablar conversaciones con otras agrupaciones. Sin embargo, dejó claro que la opción de formar un bloque con el partido de Antauro Humala o con Voces del Pueblo, del congresista Guillermo, está completamente descartada. “No hay ni siquiera planteada esa posibilidad”, afirmó Zeballos.

Antauro está interesado en una alianza que incluya a Juntos por el Perú y el Frepap, pues su partido ya está fuera de carrera.
La democracia a un lado: Juntos por el Perú, ANTAURO y FREPAP
Desde junio del año pasado, Juntos por el Perú (JP) mantiene conversaciones con Antauro Humala Tasso. En aquel momento, Humala calificó a JP como una “organización política hermana” y a sus miembros como “hermanos de lucha”.
Estos acercamientos se reiteraron a inicios de este año durante un evento relacionado con el Andahuaylazo. En esa ocasión, Antauro aseguró que la agrupación que todavía lo cobija, la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O.), sostenía conversaciones con distintas organizaciones con miras a las elecciones de 2026, pese a que el Poder Judicial ya había ordenado su disolución por considerarla ilegal. A esto se suma que el 23 de diciembre venció el plazo para renunciar a una agrupación y postular con otra en calidad de invitado. Esto lo deja prácticamente fuera de carrera.
Con la reciente confirmación en segunda instancia de la ilegalidad del partido que lleva su nombre como acrónimo, Antauro parece buscar nuevas estrategias y ahora apunta al FREPAP como una posible plataforma para obtener rédito político.
El último jueves, en conferencia de prensa, no solo arremetió contra los jueces que ratificaron la sentencia, a quienes calificó de “delincuentes disfrazados de jueces supremos”, sino que también quiso marcar su cercanía con el partido del pez.
“El etnocacerismo tiene mucho en común con el Frepap, es el etnocacerismo religioso de nuestro país. En el Andahuaylazo hubo etnocaceristas frepapistas con su túnica, su barba y su fusil y sufrieron prisión con nosotros. Es decir que estamos vinculados en la lucha y en la ideología”, afirmó.
Sin embargo, Rubén Ramos Zapana, excongresista por Puno y secretario general del partido A.N.T.A.U.R.O, tomó distancia de estas declaraciones. En entrevista con LaEncerrona.pe, enfatizó que la opinión de Antauro no representa la postura oficial de la agrupación.
“Existe un dilema para quienes dirigimos orgánicamente el partido respecto a la conducta y declaraciones de un militante. Muchas de las propuestas del señor Antauro son opiniones personales, pero no forman parte del ideario del partido”, enfatizó. Después de la conferencia, Ramos Zapana dejó abierta la posibilidad de que Antauro busque otra opción política. “Él mismo lo ha expresado en la conferencia de prensa, y así lo consideramos. Pero no hay una decisión tomada”, puntualizó.
Por otro lado, es importante no perder de vista a los otros partidos que, a pesar de su cuestionado antecedente, siguen buscando ganar espacio en la política. Ese es el caso de Perú Libre, que, a pesar de haber impulsado la fórmula presidencial que llevó a Dina Boluarte a la presidencia, insiste en presentar un candidato para las próximas elecciones. Este candidato sería Vladimir Cerrón, el prófugo líder del partido, que, según el vocero Flavio Cruz, sería un “pedido popular”.
Por otro lado, el partido Voces del Pueblo, fundado por el congresista Guillermo Bermejo, que llegó al Congreso bajo la bandera de Perú Libre y actualmente forma bancada con Juntos por el Perú, aliados de Antauro Humala, ha dejado en claro que no buscará alianza con el exlíder etnocacerista debido a las discrepancias ideológicas, especialmente en lo relacionado a sus posturas sobre los derechos humanos.
Para Eduardo Ballón, analista político, las posibilidades de que la izquierda reconstruya una figura sólida de cara a las próximas elecciones son escasas, y se reducen aún más si no se implementan cambios urgentes.
«Veo muy difícil que surja una figura representativa de la izquierda. Primero, no hay una izquierda, hay izquierdas, y algunas son discutibles. Está claro que estas elecciones no serán competitivas, sino diseñadas a la medida del cliente, y ese cliente es la coalición autoritaria y corrupta que nos gobierna», señala
Ballón sostiene que estas izquierdas comparten una debilidad estructural: su desconexión con la ciudadanía. Aferradas a dinámicas internas y a una lógica de acción que no sintoniza con las demandas sociales, han perdido capacidad de movilización e incidencia.
Con las elecciones de 2026 en el horizonte, el panorama es incierto para una izquierda que alguna vez simbolizó la promesa de cambio. La pregunta es inevitable: ¿quién podrá asumir su liderazgo y recuperar la confianza de un electorado desencantado?