Uno de los fenómenos más interesantes de la pandemia ha sido la alianza entre charlatenería médica, política y periodística. Las tres tienen en común algo muy sencillo: afirmar cosas sin sustento. Su objetivo: jamás la verdad, siempre la acumulación de algún tipo de capital (económico o reputacional).
Por eso, en las siguientes líneas encontrarán una profusión de enlaces, imágenes y documentación que sirven de soporte a las afirmaciones que La Encerrona viene haciendo sobre la ivermectina y, sobre todo, sus peligros.
Empecemos por lo que debería ser la primera pregunta:
* ¿Qué demonios es la ivermectina?
La ivermectina es un anti-parasitario de uso principalmente veterinario. Lo que explica, en parte, que sea un veterinario uno de sus mayores difusores en el Perú. Se ha llegado a extremos, por ejemplo, de que un conductor de Radio Exitosa llegó a recomendarle a la gente que se tome la ivermectina de sus vacas.
* ¿No tiene aplicaciones en humanos?
Sí que tiene. Según Mateo Prochazka, se usa con mucho éxito para combatir infecciones parasitarias, sobre todo tropicales, en humanos. Pero ojo: a pesar de lo que dicen sus defensores, sí tiene efectos secundarios y, por tanto, solo debe consumirse bajo receta médica.
* ¡¡¡Pero se está usando en Estados Unidos!!!
Pues no. A pesar de lo que hayas leído por allí, hasta ahora no existe ninguna evidencia de que se trate de una medicina efectiva contra la covid. Algunos candidatos, como Rafael López Aliaga, mienten cuando aseguran que la FDA norteamericana «la ha aprobado como tratamiento contra la covid».
Pueden ustedes mismos revisar la página en español de la FDA aquí:
Asumamos, de buena fe, que gente como el candidato López Aliaga se ha confundido por un error de traducción. Existe un estudio publicado en junio del año pasado, que expone unos hallazgos con un titular engañoso sobre «la droga aprobada por la FDA». Sí, está aprobada por la FDA, pero para otras dolencias. Y se trata de un estudio no concluyente: realizado in vitro, es decir, no en pacientes reales, sino en un laboratorio.
Vamos a hablar de estos estudios in vitro más adelante.
Otros mencionan, como gran avance, que el NIH (el Instituto Nacional de Salud gringo) le ha hecho un «upgrade» a la ivermectina en su web. Veamos qué dice:
Efectivamente, la NIH ha decidido que ya no desaconseja su uso para covid. Pero tampoco lo aconseja. A pesar de tener casi un año de estudios sobre este tratamiento, la ivermectina no logra pasar la barrera. ¿Es posible que lo haga? Ya hablaremos de eso más adelante.
* ¡Mentira! ¡¡¡Esto es una campaña de desprestigio financiada por las farmacéuticas!!!
De hecho, parece ser todo lo contrario. El mito de la ivermectina nació rodeado de intereses oscuros.
Vayamos al origen del boom de la ivermectina en América Latina y, en especial, en el Perú, el primer país del mundo en ivermectinizarse gracias al gobierno de Vizcarra. Todo empezó con un estudio en Australia, publicado en los primeros días de abril. Como era normal en esos primeros días de expansión de la pandemia, se trataba de un estudio in vitro, llevado a cabo en un laboratorio. Este era un primer paso esperanzador, para que alguien coja el guante y realice un estudio con humanos, como debe ser.
Lo que sucedió después fue extraño. No había pasado ni una semana desde el estudio austarliano cuando, el 6 de abril, otros investigadores publicaban un exitoso estudio con pacientes humanos salvados por la ivermectina.
Para hacer la historia corta: el estudio resultó un fraude.
Pero un fraude en serio. A propósito. La misma empresa que estaba detrás de la «ivermectina salvadora» también estuvo detrás de otro estudio que afirmaba que la hidroxicloroquina estaba matando a los pacientes de covid y que incluso logró que la OMS retirase la hidroxicloroquina de su tratamiento recomendado.
Es decir, una empresa quería desacreditar un tratamiento para levantar otro.
La empresa se llamaba Surgisphere y su fraude constituyo lo que, hasta hoy, ha sido el escándalo científico más grande de la pandemia. Resumí el caso aquí. Y en este artículo, el líder del equipo que descubrió el fraude te cuenta su experiencia. Sin mencionar que había una actriz porno involucrada en toda esta chanfaina…
[Por cierto, con el paso del tiempo la evidencia sí desacreditaría de manera contundente a la hidroxicloroquina, pero esa es otra historia]
* ¿¿¿Y eso qué tiene que ver con el Perú???
Que el 2 de mayo, un médico llamado Gustavo Aguirre Chang, un gerente del grupo médico San Pablo, sin historial de investigación médica, publicó un «estudio» favorable a la ivermectina, basado en datos de Surgisphere y en videos que había visto en YouTube (¡en serio!).
Y, menos de una semana después, el 8 de mayo, Zamora autorizó el uso de la ivermectina para pacientes de covid. Según el recuento de The Scientist, el sustento fue la base de Surgisphere y Perú fue el primer país que incluyó al antiparasitario como parte de su tratamiento oficial.
El resultado ya lo conocen: el Perú fue el país con más muertes por cápita durante su primera ola y más de treinta millones de soles gastados –solo hasta octubre del año pasado– en un medicamento que, por decir lo menos, no impidió que tuviéramos la peor tragedia mundial.
Por cierto, esos millones en ivermectina se concentraron casi exclusivamente en una sola empresa.
* ¡¡¡Pero Vizcarra prohibió la ivermectina!!!
No sé cómo así empezó a circular esta paparrucha. Pero ojalá hubiese sido así. Todo lo contrario. Con la complicidad de Fiorella Molinelli hicieron hasta lo imposible para justificar esas compras.
De hecho, recordarán que EsSalud terminó destituyendo a los responsables del único estudio realizado desde el gobierno sobre la ivermectina. La investigacion del IETSI de EsSalud les dijo lo que no querían escuchar: que no habían encontrado que la ivermectina tuviera efecto alguno. Las cabezas de EsSalud pelearon hasta el final para desacreditar este trabajo con una serie de presiones contra los científicos, a los que terminaron botando.
Pero la presión, entonces, de la opinión pública fue demasiada y el Ministerio de Salud terminó cediendo: se retiró el uso de la ivermectina para pacientes graves y quedó solo para «pacientes leves con factores de riesgo que se encuentren en los primeros días de la enfermedad».
Entonces, a pesar de lo que hayan leído por allí en estos días, la respuesta es NO: la ivermectina no «ha vuelto». Nunca se fue. Los ivermectinos han celebrado una resolución del 8 de enero que incluye su droga favorita como parte del tratamiento ambulatorio… pero el Estado nunca retiró completamente el medicamento.
Pero ese no es el verdadero problema.
* ¿Cómo que no? ¿No estás en contra de la ivermectina?
Es como que me preguntes si estoy en contra del paracetamol. Una medicina es una medicina. Estará bien administrada si se te la prescriben como parte de un tratamiento seguro para tu integridad.
En el papel, se puede entender que el Estado se mantenga en sus trece con la ivermectina para casos leves. La has sacado del ámbito donde podía hacer daño en serio: los casos moderados a graves. Allí se necesita ir a lo seguro. Y allí ya no se aplica ivermectina.
Y, si el caso es leve, esta medicina, siempre y cuando sea prescrita por un profesional de la salud, en el peor de los casos, no hará mucho más daño: no parece tener reacciones adversas con otros tratamiento. Además, es barata. Un placebo ideal. Tanto para pacientes convencidos de la cura mágica como para médicos desesperados por ofrecer aunque sea una esperanza.
Pero la realidad en el Perú pocas veces funciona como en el papel.
El primer peligro, más o menos evidente, es el de corrupción. Tenemos casi un año gastando millones de soles en una apuesta. Una apuesta en la que la única evidencia sistematizada producida en casa –la del IETSI– nos da chances en contra. ¿Podemos darnos ese lujo cuando ni siquiera nos alcanza para las vacunas? ¿Por qué? ¿Cuáles son las relaciones de quiénes tomaron la decisión de adquirir el medicamento con las farmacéuticas engreídas por las compras estatales?
Pero este tampoco es el peligro principal.
* ¿Entonces cuál es el principal peligro de la ivermectina?
Lo han visto en el video de este post: el cuento de la prevención.
Y este es un cuento que engancha con una tradición literalmente nefasta de nuestro país: la automedicación.
Y peor todavía: la automedicación incentivada por el Estado.
Así como este aviso o como el médico con los policías, tenemos a decenas –o quizás cientos– de gobierno locales e instancias gubernamentales utilizando la ivermectina como «preventiva» del covid. Y administrándola directamente, sin que medie una evaluación médica de cada persona que va a ingerir el producto.
Esto ocurre a todo nivel. Muchos particulares –no solo médicos locos– también incentivan la automedicación. Aquí tienen a la organizadora de Miss Perú, Jessica Newton, con su «desayuno preventivo«:
Y, por supuesto, está el ejemplo de Chincha, la mayor zona ivermectinizada de nuestro país que es, a la vez, la provincia con más letalidad de Ica, el departamento con más letalidad del Perú, el país con más letalidad del mundo.
Según el SINADEF, Chincha registra una mortalidad acumulada de 43,5 por cada 10.000 habitantes, casi cuatro veces el promedio nacional de 12 por 10 mil habitantes.
En El Comercio, Zacarías Quispe, miembro de la autodenominada Patrulla Covid (que reparte ivermectina en Chincha), aseguró que la distribución gratuita empezó en mayo por recomendación de Manolo Fernández, el CEO de Farvet. El 95% de las muertes en Chincha, explica El Comercio, ocurrieron desde ese mes.
Este es el verdadero peligro de la ivermectina: creer que es preventiva.
* ¿¿¿Y no lo es??? ¡Pero a mi tía le funcionó!
No. NO EXISTE MEDICAMENTO PREVENTIVO.
NO.
EXISTE.
Es posible que la ivermectina, en algún momento, demuestre aliviar algunos síntomas de la covid. Eso no está completamente descartado aún. El problema es que eso se ha confundido con discursos que la colocan como «un escudo» contra el virus. Dice el doctor Germán Málaga, uno de los supervisores de los ensayos de las vacunas en el Perú:
Cuando uno la toma, por ejemplo hoy, [la ivermectina] dura 18 horas en el cuerpo. Mañana, a las 4 a.m., ya no hay ivermectina en el cuerpo. Y no se ha demostrado que tenga ningún remanente, metabolito activo. No queda rastro de ivermectina en el cuerpo. No tiene sentido pensar que un virus que se multiplica trillones por día se pueda prevenir con ese medicamente. Si uno se expone, se va a infectar. No hay razón para pensar que uno pueda estar protegido. Es irrisorio.
Como esto quizás sea demasiado técnico. Vamos con anécdotas. Anécdotas igual de válidas que la de tu tía, pero que sí cuadran con el consenso científico:
A estas alturas debería sancionarse cualquier distribución de cualquier sustancia –la que sea– sin receta y alegando que «previene» la covid. Esto solo logra, como ocurrió en Chincha y en tantos lados, que la gente se confíe, asuma conductas de riesgo y termine contagiándose y contagiando.
Si se va a seguir administrando la ivermectina, que sea bajo las regulaciones que ha dado el Ministerio de Salud, que NO incluyen «prevención» ni que se regale como caramelo.
* ¿»Si se va a seguir»? ¡Entonces sí quieres que se siga repartiendo ivermectina!
No. Mi opinión es que es un despilfarro sospechoso por el que, eventualmente, tendrán que responder Vizcarra, Molinelli, Zamora, Mazzetti y los «expertos» que la recomendaron. Y que todas las autoridades que actualmente la están repartiendo sin evaluación médica deberían ser denunciadas. Sin mencionar a los médicos que incentivaron la automedicación.
También me parece que fue criminal administrarla sobre todo en los casos graves, cuando no existía evidencia en absoluto. Muchos médicos, como ha explicado Juan Carlos Celis tantas veces, se guiaron por las recomendaciones de las autoridades y los resultados fueron literalmente trágicos. Al menos eso ya se detuvo.
* ¡¡¡Pero he visto un estudio muy prestigioso que la valida!!!
En los últimos días ha circulado mucho un estudio publicado nada menos que en The Lancet sobre la ivermectina. Los resultados son prometedores pero más académicamente curiosos que otra cosa.
Es un estudio pequeño, con solo 24 participantes. El líder del equipo (¡que fue el mismo que se tumbó a Surgisphere!) aclaró en Twitter que se trata de un ensayo piloto que requiere duplicarse en escala grande, real, y que no debe traducirse en políticas públicas:
En otras palabras, lo mismo de siempre: nada concluyente.
Esta semana, Oxford anunció que realizará un ensayo grande, como tiene que ser, con la ivermectina. Habrá que esperar sus resultados. Y –aunque lo dudo– ojalá sean positivos. Pero, insisto, esto no quiere decir que tengas que tomar ivermectina en el desayuno «porsiaca» ni, mucho menos, que esto te permita volver a una vida normal. No te metas nada al cuerpo que no te haya recomendado un médico y, si te lo recomienda, pregúntale bajo qué criterios lo está haciendo.
ENTONCES…
La ivermectina suele ser inocua (salvo para el medio ambiente, pero ese es otro tema). Como medicina, puede ser bastante inofensiva. Pero como idea, puede ser mortal. No existe ningún escudo mágico ni ninguna medicina milagrosa que justo justito los peruanos –los más golpeados por la pandemia– descubrimos antes que nadie. La única prevención posible es cuidarse de la confluencia de las 4C
ESPACIOS CERRADOS
LUGARES CONCURRIDOS
ENCUENTROS CERCANOS
CONTACTOS CONTINUOS
No hay otra. Lo siento: tomar ivermectina no hará que puedas retomar tu vida de manera normal. Creer lo contrario es bajar la guardia. Y bajar la guardia es jugar la ruleta rusa. Contigo y con tu gente.
Ahora ya puedes reenviar este artículo al más ivermectinizado de tu WhatsApp.