Predecir el futuro del Perú es un deporte de alto riesgo. Y, como cada año, aquí tenemos una selección de los patinadores más perjudicados.
Gracias a un tuit viral de estos días, mucha gente cree que la Nasa decidió cambiar los signos del zodíaco. Y tan sorprendente como la gente que sigue creyendo en el horóscopo es la cantidad de personas que –gracias al meme– recién se enteran del supuesto décimo tercer signo, Ofiuco.
La existencia de Ofiuco es algo que cada cierto tiempo sorprende a Internet desde su popularización misma (ver este artículo de los 90).
La razón es muy sencilla: desde que se inventó el horóscopo un par de milenios antes de Cristo, la precesión de los equinoccios ha ido «moviendo» las estrellas de tal forma que esta constelación «se coló» dentro de la Eclíptica (el supuesto recorrido del sol en el firmamento, lo que supuestamente determina tu signo). Pero, a pesar de que esto ocurrió hace siglos, Internet se vuelve a enterar y sorprender y debatir cada cierto tiempo.
Y es que, a pesar de ser el repositorio de conocimiento más formidable jamás creado, los humanos no usamos Internet de manera racional. La utilizamos para confirmar nuestros propios prejuicios. Entre ellos, por supuesto, el más infundado de todos: que la posición relativa de cuerpos celestes a millones de años luz –que probablemente ya estén extinguidos y que no tienen mayor interacción entre sí salvo la formación de figuras aparentes en el firmamento de un planeta específico– determina los destinos en masa de aquellos humanos nacidos en un determinado período temporal.
Y es más: como, según declaró el personaje llamado Rosa María Cifuentes en señal abierta, «la astrología es la medición matemática del espacio», sus cultores se atribuyen la capacidad 100tífika de predecir los destinos de personas específicas.
Por ejemplo, Pedro Castillo.
Aquí es cuando entramos en materia. En una tradición personal. En las predicciones para el año que pasó. En las patinadas que se mandaron brujitos, videntes, cosmobiólogos, criptoanalistas y demás chamanes en su afán por e̶s̶t̶a̶f̶a̶r̶ cautivar a incautos con lo que iba a suceder en el ya enterrado 2022.
Pobres. No los envidio. Intentar predecir el futuro político de este país es un deporte tan riesgoso como lo fue ser ministro de Castillo. Pero aún así, con una caradura que envidiaría nuestro expresidente, se animaron. Y estos fueron los resultados.
Agatha Lys, entrevistada durante horas y en función doble en Willax, pensaba que la tenía fácil cuando le preguntaban si iban a vacar o no a Castillo. Pero por supuesto que lo vacan, decía. Ya. Qué fácil. Lo malo es que siempre vaticinaba que no pasaría del cuarto mes. Cuec.
Y, claro, además sus cartas le aseguraron que Maricarmen Alva sería «de forma temporal, la primera presidenta del Perú», afirmación que nos dio una reacción altamente memeable de su entrevistador, Phillip Butters:
(Una cosa que no entiendo es cómo, siendo Willax un canal abiertamente católico, apostólico, opusdeísta y soladiciano, persiste en presentar año tras año lo que el Vaticano llama supersticiones «contrarias a la virtud». Aunque, claro, si empezamos con la lista de valores contradictorios de los supuestos católicos peruanos…)
Por cierto, Agatha Lys también dijo que a la radio PBO le iba a ir muy bien el año pasado. Parece que se salteó la parte en la que Belmont le quitaba temporalmente la señal pirata. Para variar, profetizó por enésima vez la muerte «en un hospital» de Alberto Fujimori, que, a este paso, nos va a terminar enterrando a todos.
Mi nueva favorita de estas lides es la autodenominada Hija de Nostradamus. En serio, véanla. Parece disfrutar horrores prediciendo las catástrofes más horribles «veo gente corriendo despavorida» por un volcán, además de «derrumbes en la Costa Verde» y alargando mucho la erres en cada muerrrrte que profetiza.
Ella atribuyó la permanencia de Castillo a «un pacto con el diablo». Pero como a Castillo no le gusta la Constitución del 93 que hace intocables los contratos, pues seguramente ese pacto se diluyó y por eso se le acabó la protección satánica.
Por su lado, en exclusiva para el diario más leído del país, Soraya de los Ángeles profetizó que Castillo terminaría en la cárcel antes de julio del año pasado, luego de una vacancia. Y, miren, predecir que Castillo iba a ser vacado y luego terminaría en prisión no era, digamos, un reto mayúsculo. La gracia hubiera sido achuntar la fecha y las circunstancias, algo que ni Soraya ni nadie pudo.
Soraya es especialista en vaguedades, como que «en el entorno de Pedro Castillo un hombre y una mujer estarán involucrados en temas de corrupción». Okay. O que se venía «la muerte de algún político entre 60 y 70 años entre enero y abril» del año pasado.
Más achorada fue la mexicana Mhoni Vidente, que anunció específicamente un «atentado» contra Castillo, que jamás ocurrió. Pero también, y esta se posiciona alto en mi ránking de patinadas, que saldría «a la luz el nombre de la persona que creó el coronavirus».
Otro que se mandó con grandes afirmaciones a nivel internacional fue el chamán Félix Roldán, consultado nada menos que por Euronews: «Rusia, quiere invadir su territorio en Ucrania, pero no lo hará. Por eso los chamanes estamos aquí para que no haya guerra, ni agresiones físicas».
Los cierto es que todas estos esforzados trabajadores son, al final, seres humanos, condicionados por su momento. Prueba de ello son las constantes alusiones a una pandemia que hoy resulta ya un recuerdo lejano pero entonces eran profecías apremiantes.
O las repetidas alusiones, en los más politizados, al destino de Zoraida Ávalos, que hace un año era Fiscal de la Nación y que se veía –en el imaginario DBA– como «cómplice» de Castillo. Su paso por el 2022 fue anodino pero, hace año, era «la enemiga» de muchos.
En Willax, Butters le preguntó a Agahty Lys si la fiscal iba a ir presa, a lo que ella le respondió que Ávalos tendría un escándalo «de índole personal». En Panamericana, Rosa María Cifuentes –conocida también por su activismo «anticomunista»– explicó que la fiscal «tiene un asteroide que es Lilith el demonio… ¿Por qué no declaró el presidente ante ella? ¿Por qué no acusa a Castillo? Por cobarde.»
La señora Cifuentes también dijo que «como Júpiter está en Piscis», Keiko intentaría «renacer en las elecciones municipales», pero que su esposo tendría «muchos problemas». Lamentablemente, no vio que su esposo dejaría de ser su esposo.
También aseguro que «como Piscis es la constelación que tiene que ver con el terrorismo«, Vladimir Cerón se estaba «agrupando con personajes en provincia porque Castillo le estorba» y que, entre enero y mayo del año pasado «iban a salir sus vinculaciones» con el terrorismo del VRAEM. Algo parecido sucedería con Guillermo Bermejo que «tiene la luna en Escorpio y Escorpio es el que te dice Constitución o muerte«. En enero del año pasado tres testigos protegidos harían que «se le vendrá la noche» y terminaría huyendo al VRAEM.
También vio un derrumbe del gobierno de Castillo «arrancando el año. ¿Quién entra? Me aparece otro hombre, no una mujer, y ese hombre que ingresa también es temporal.»
También avisó que se iban a caer cinco aviones en todo el mundo («uno en Latinoamérica»), que habría derrumbes en la Costa Verde y que íbamos «a tener caídas de puentes y paredes porque Urano es un planeta que tumba lo viejo«. Ya saben, lo usual en estos casos.
Eso sí: jamás predijo que la selección clasificaría a Qatar. De hecho, ninguno de los brujitos hechiceros de fines del 2021 se animó a firmar que los peruanos veríamos a nuestro equipo en el Mundial. Hay límites para el caradurismo.