A través de una carta publicada en su página web, y que se sugiere fue remitida a nuestro domicilio legal pero del que no hemos recibido notificación hasta la fecha, Petroperú hizo comentarios sobre un reportaje que publicamos sobre el Oleoducto Norperuano y los impactos del derrame de petróleto del 2014.
La empresa pública Petroperú difundió en su página web una carta dirigida a La Encerrona, como respuesta a nuestro reportaje sobre el impacto del derrame de petróleo del 2014 en el Oleoducto Norperuano, en Loreto. Esta investigación salió publicada de forma escrita en nuestra web, el 29 de abril, y un resumen de la misma en nuestro canal de Youtube. La misiva es firmada por Carla Santa Cruz, gerente corporativa de Comunicaciones y Relaciones Institucionales de la empresa.
En la carta, Petroperú señala que la población de Cuninico se halla a 12 kilómetros de distancia de la estructura industrial del Oleoducto Norperuano, por lo que “resulta imposible” que los derrames de petróleo afecten el agua de consumo local. Sin embargo, más de un informe de organismos locales e internacionales ha registrado el impacto de los derrames en el agua potable.
En 2017, Amnistía Internacional identificó la contaminación de las fuentes de agua de la comunidad de Cuninico por los derrames de petróleo del 2014 y 2016. Además, un estudio de la Pontificia Universidad Católica del Perú del 2019 señala que, antes del derrame, la comunidad de Cuninico consumía directamente agua del río; pero el derrame de petróleo los obligó a recurrir al consumo de agua de lluvia.
Más adelante en la carta, Petroperú dice que el aumento en la población de Cuninico de abortos espontáneos y problemas gastrointestinales no pueden ser atribuidos al derrame de petróleo en la zona. Por el contrario, la empresa afirma que los problemas gastrointestinales son endémicos de la zona.
Nuestro reportaje es claro en resaltar que si bien la exposición al petróleo puede generar enfermedades al sistema gastrointestinal por el consumo del agua y alimentos contaminados, “son necesarios estudios comparativos sobre la frecuencia de estas enfermedades antes y después del derrame”. Además, en el 2014, sí se comprobó que el derrame generó problemas gastrointestinales, y el plan de atención médica a raíz de esta afectación ambiental incluye el monitoreo de este tipo de enfermedades.
Para el caso de los abortos, también se ha consignado que no se cuenta información estadística que corrobore las denuncias, por falta de datos del Ministerio de Salud.
En la carta, la empresa también señala que los metales pesados hallados en la sangre de la población de Cuninico no se encuentran en el tipo de crudo que transporta el Oleoducto Norperuano. Al igual que en el caso anterior, el reportaje señala que “son necesarios más estudios para confirmar que los metales pesados en el cuerpo de los Kukama Kukamiria están relacionados al proceso de extracción del petróleo en los alrededores de su territorio”.
En otro punto, Petroperú dice que ha recogido el íntegro del crudo derramado en el año 2014, y restaurado “a sus condiciones habituales más de 2 millones de metros cuadrados de bosque”. En el mismo párrafo, la empresa asegura que “prosigue esta labor en algunas áreas todavía afectadas”. De acuerdo a la petrolera pública, en 2015, una comisión multisectorial del Gobierno peruano concluyó que el sitio impactado por el derrame del 2014 “estaba remediado”.
Sin embargo, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) advirtió en abril del año 2018 que “Petroperú incumplió las medidas correctivas” de acreditar el cumplimiento de las actividades de restablecimiento de las áreas impactadas por el derrame de petróleo del 2014 en Cuninico. Desde el 2019, el Estado no ha emitido informes de supervisión de las medidas correctivas para la emergencia ambiental.
Finalmente, Petroperú dice que La Encerrona no consultó “oportunamente a través de los canales de atención” de la empresa. La Encerrona envió dos correos electrónicos a Petroperú solicitando una entrevista con los representantes de la empresa y se alcanzó una comunicación con el área de prensa el día de la publicación del reportaje. Sin embargo, no accedieron a dar la entrevista.
La carta completa puede ser revisada haciendo clic aquí